Quizás un aspecto clave, e incluso hasta necesario, de las historias románticas es que el espectador quiera que los protagonistas terminen formando una pareja. Las bases del género suelen ser personajes con química tan palpable que incluso en las típicas historias donde la pareja no se forma en el comienzo, uno sigue mirando con el deseo de que esa relación se termine dando. ?Qué pasa, entonces, cuando sucede lo contrario? Yakuza Fiancé: Raise wa Tanin ga Ii parece ofrecer una respuesta a la extra?a pregunta de cómo funciona una historia romántica donde lo mejor es que no haya romance.
La protagonista de esta historia, Yoshino Somei, parece ser una adolescente normal, pero su circunstancia familiar es totalmente lo contrario: su abuelo Renji es líder de una de las familias yakuza más importantes de Osaka. Para colmo, la vida de Yoshino da un giro inesperado cuando Renji decide arreglar un matrimonio para su nieta con Kirishima Miyama, nieto de uno de los líderes de la yakuza de Tokio. Yoshino no solamente acaba de perder total poder de decisión sobre su vida romántica, sino que ahora también tendrá que mudarse a Tokio para vivir con los Miyama.
En un principio, todo esto es presentado de una manera cómica y ligera. El abuelo Renji se toma todo para el chiste, y las reacciones de Yoshino son típicas de protagonista cómico, con tanto nivel de carisma que ella sola podría cargarse el anime entero a sus espaldas. Esto se suma también a una tendencia moderna de las historias con yakuza como personajes principales, en donde tanto en anime como en videojuegos la organización se muestra cada vez más como un lugar lleno de gente sin colmillos y con corazones de oro. Así es fácil bajar la guardia y olvidar que, justamente, la yakuza es una organización criminal.
Es ahí donde entra Kirishima en esta historia. En un principio, nada sobre él parece realmente sospechoso, y cuadra con esta imagen de “yakuza bueno” que se viene perpetuando en diferentes obras. No solamente pareciera ser un chico de buen corazón, sino que su atractivo físico también lo convierte en uno de los más populares del colegio, y gran parte de los primeros momentos de Yoshino en su nuevo ambiente la muestra a ella lidiando con bullying por parte de las chicas que, sabiendo que ella vive en la misma residencia que Kirishima, no pueden soportar la cercanía entre ambos.
Sin embargo, el primer episodio no demora mucho en mostrar la verdadera personalidad de Kirishima. Cuando un grupo de hombres intenta llevar a Yoshino a un callejón, Kirishima reacciona de una manera extremadamente agresiva, y termina dándoles una paliza tan intensa que supera incluso el nivel de violencia de muchos anime shonen. Luego de dejar casi muertos a sus oponentes y horrorizada a Yoshina, Kirishima finalmente revela que es un yakuza con todas las letras, y comunica sus verdaderas intenciones para con su prometida: lo que él realmente quería era una mujer que domine su vida sin piedad, y como Yoshino es más normal de lo que él pensaba, la incita a que venda su cuerpo para, al menos, ser de utilidad para él. Lisa y llanamente, Kirishima es un masoquista en lo romántico y un sádico en lo demás.
Este es un momento de quiebre para Yoshino, que atrapada en una vivienda lejos de casa busca el consejo de su abuelo sobre cómo lidiar con la situación. La idea de Renji es simple: que siga viviendo allí al menos un a?o, que enamore a Kirishima lo más locamente posible, y que al final lo destruya abandonándolo. Así, Yoshino decide seguir el juego de Kirishima y literalmente vende su cuerpo, específicamente un ri?ón, entregándole el dinero a su prometido para demostrarle que es ella quien pone los límites, al mismo tiempo que amenaza a sus bullies en medio de la clase. Kirishima, por supuesto, no hace más que enamorarse de Yoshino y así nos queda un dúo de protagonistas que, idealmente, estarían mejor solos.
Yoshino es tal vez la mejor parte de este anime, y lo que más hace que valga la pena seguir esta historia de personas que, en mayor o menor grado, son terribles. Esta idea de una pareja que no tendría que formarse difícilmente podría propulsar una temporada entera de anime, y es ahí donde el segundo episodio empieza a marcar, al menos de a poco, qué otros elementos podrían terminar de redondear lo que Yakuza Fiancé: Raise wa Tanin ga Ii.
Con la dinámica entre los protagonistas ya establecida, el segundo episodio se permite ser un poco más ligero a?adiendo una peque?a cuota de humor. Sí, hay algunos momentos extra?os, como Kirishima admitiendo que plantó un GPS en Yoshino para poder saber dónde está en todo momento, pero las reacciones de Yoshino a esta tendencia claramente psicópata se usan para generar humor. Sin embargo, el otro aspecto importante del episodio es que comienza a adentrarse en cuestiones puramente yakuza.
Cuando una de las hijas de una familia subordinada de los Miyama desaparece, Kirishima y Yoshino trabajan juntos para encontrarla y solucionar un potencial conflicto. Por supuesto que todo termina en peleas, y de hecho ya en el segundo episodio los niveles de violencia alcanzan nuevos límites. Personas apu?aladas, gente que pierde ojos, todo puramente yakuza. Entre todo este conflicto el anime intenta, lentamente, explorar la historia de Kirishima para empezar a mostrarnos por qué es como es, pero luego de ver de lo que es capaz, es un poco difícil simpatizar con un personaje así.
De todas maneras, Yakuza Fiancé: Raise wa Tanin ga Ii pareciera que irá adentrándose lentamente en conflictos más de índole yakuza que románticos. Es una decisión extra?a, considerando que el mismo título del anime pareciera presentar un romance, pero luego de conocer a Yoshino y Kirishima, me parece que lo mejor para ambos sería que nunca se pongan en pareja. El anime recién comienza, y por suerte el carisma de Yoshino es suficiente para llevar adelante lo que de lo contrario sería una historia muy cruda, pero es importante no confundirse: para quienes busquen un romance más clásico esta no es la historia indicada, pero aquellos que quieran ver yakuza portándose como yakuza encontrarán en Yakuza Fiancé: Raise wa Tanin ga Ii lo que desean.